Hace un par de meses una actualización de Facebook hizo que
me encontrara con uno de los mejores productos mediáticos y musicales del
2012. Bien dicen que la curiosidad mato
al gato, pero en este caso no hubieron mininos involucrados y sí muy buena
música. Y es que quiero que los haters
de esta artista me expliquen porque no habría de ser buena. Es guapa y tiene
una voz muy particular; además
si mantienes en suspenso acerca de cuando
saldrá tu disco a un cuarto de mi TL en Twitter y amigos de Facebook;
definitivamente debes estar haciendo algo bien.
Bueno, regresando a mis visitas periódicas a perfiles ajenos
(llamese “stalkear”); lamento mucho no poder atribuirle a nadie el mérito de
presentarme a Lana.
Y la llamo Lana, porque ese alter ego suyo, A.K.A Lizzy Grant,
una especie de Marilyn Monroe con labios mas carnosos que la original, cabello Híper-Rubio
y chaquetas de cuero; no es la misma que la actual señorita del Rey.
Lana del Rey es una construcción mediática digna de
cualquier ingeniero moderno; Lana, la actual, deja por mucho a la antigua Lizzy;
creo que la guardó al igual que sus chaquetas de cuero. Y opta por regresar con
un estilo similar, pero mejor pulido.
Perseverancia o estrategia maquiavélica, lo cierto es que
haberse esperado un par de años y regresar con más fuerza le esta resultando;
no es casualidad estar firmada con los productores de Black Eyed Peas o la mismísima
Mother-Monster, Lady Gaga.
En lo personal, como todo lo que escribo en este lugarcito,
disfruto mucho la música de la señorita Del Rey; Bailo con "Diet MTN Dew" (véase
bailar como imbécil sin control) y las múltiples versiones remix de "Blue jeans"
y la joyita de video de su primer sencillo “Born to die” a pasado directo y sin
escalas a los anales de mi videografía favorita.
Y como no amar a una chica que tiene como mascotas un par de
tigres de bengala y le canta a su amado desde una especie de capilla Sixtina en
mezcla con jardines de Versalles… y que tiene un final tan trágico como el
hecho de que la historia no dure un tantito más y no poder disfrutar de los
elementos visuales que tiene.