Los cumpleaños pueden ser las mejores fechas para
algunos y las peores para otros. A los que nos gusta tener la atención es un
día en el que nuestra necesidad se satisface con todas las felicitaciones,
saludos, “posts” en Facebook y demás.
Pero hay otras personas que prefieren celebrar de
manera más relajada, en familia o con sus amigos más cercanos.
Y hay otros más que no lo celebran para nada.
Lo divertido de los cumpleaños es que es el único día
donde se te permite todo, donde eres el rey de tu casa y puedes decir o hacer
lo que quieras. Donde tu madre te prepara lo que más te gusta comer y tus abuelos te siguen dando dinero envuelto
en forma de dulce.
Donde tus amigos buscan la forma más extraña de
felicitarte para que nadie lo haga de la misma manera. Donde recibes las
promociones más extrañas en tu bandeja de correo electrónico y felicitaciones
“random” de las tiendas que sigues en twitter.
Pero sobre todo es el día en que celebras que tienes
la oportunidad de disfrutar un año más de vida y donde las puertas se abren a
nuevas y excitantes experiencias, mientras el tiempo transcurra hasta tu
siguiente cumpleaños.
Y también te da una excelente excusa para escribir
sobre ti mismo y desearte: “Feliz cumpleaños
a mí” (Junio, 26).
XxX
L.